El futuro de la protección social ante la crisis social prolongada en América Latina: claves para avanzar hacia sistemas universales, integrales, sostenibles y resilientes
El futuro de la protección social ante la crisis social prolongada en América Latina: claves para avanzar hacia sistemas universales, integrales, sostenibles y resilientes
Los sistemas de protección social en la región enfrentan numerosos desafíos para avanzar en su universalidad, integralidad, sostenibilidad y resiliencia. La región debe hacer frente a retos que incluyen las desigualdades estructurales que se reproducen en la cobertura, suficiencia y sostenibilidad financiera de estos sistemas. A estos retos se suman aquellos vinculados con una coyuntura histórica de gran complejidad. A la serie de crisis en cascada, que incluye entre sus expresiones los impactos sanitarios, económicos y sociales de la pandemia de COVID-19, se suma una estructura de riesgos sociales en reconfiguración que condiciona el futuro de los sistemas de protección social. De esta forma, se enfrenta un triple desafío: i) cerrar las brechas estructurales que la región tenía para conformar estos sistemas desde antes de la pandemia; ii) diseñar estrategias que permitan revertir los profundos impactos ocasionados por la pandemia en el bienestar de la población, y, iii) prepararse para un contexto de mayor complejidad en el marco del futuro de la protección social. Ello requiere fortalecer sus instrumentos específicos y la lógica sistémica, integral y resiliente de los sistemas de protección social. Junto con identificar los principales desafíos estructurales de los sistemas de protección social y las respuestas en protección social implementadas por los países durante la pandemia, este documento busca caracterizar la actual estructura de riesgos en la región. Se plantea que dicha estructura condiciona el futuro de los sistemas de protección social, en términos del diseño, contenido e institucionalidad de las políticas e instrumentos que serán requeridos para hacerle frente. Estos sistemas deben prepararse para atender a un mayor ámbito de riesgos sociales que vulneran derechos y pueden resultar en la pérdida de los niveles de bienestar. Es preciso que, en el actual contexto, su rol sea fortalecido, con miras a transformar las condiciones de base de la vulnerabilidad que enfrentan las personas, hogares y territorios. Para ello, se indaga en recomendaciones de política, orientaciones transversales y lineamientos para el fortalecimiento de sus capacidades institucionales.